JMJ
Pax
Sácate primero la viga que tienes en el ojo
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 1-5
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"No juzguen, para que Dios no los juzgue; porque Dios los juzgará del mismo modo que ustedes hayan juzgado y los medirá con la medida con que hayan medido a los demás.
¿Cómo es que ves la basura en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que hay en el tuyo? O ¿Cómo dices a tu hermano: "Deja que te saque la basura del ojo", si tienes una viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver para sacar la basura del ojo de tu hermano".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
lun 12a. Ordinario año Par
Antífona de Entrada
Dios vive en su santa morada; Dios que prepara casa a los desvalidos, da fuerza y poder a su pueblo.
Oración Colecta
Oremos:
Señor Dios nuestro, protector de los que en ti esperan; sin ti nada es fuerte ni santo. Multiplica sobre nosotros los signos de tu misericordia, para que, bajo tu guía providente, de tal modo nos sirvamos de los bienes pasajeros, que desear los eternos.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
El Señor apartó a Israel de su presencia y solamente quedó la tribu de Judá
Lectura del segundo libro de los Reyes 17, 5-8.13-15a.18
En aquellos días, el rey de Asiria invadió todo el país y sitió Samaria por espacio de tres años. El año noveno de Oseas, el rey de Asiria conquistó Samaria y se llevó cautivos a los israelitas estableciéndolos en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en las ciudades de Media.
Esto sucedió porque los israelitas pecaron contra el Señor, su Dios, que los había sacado de Egipto. Adoraron a otros dioses, y siguieron las costumbres de las gentes que el Señor había expulsado ante ellos; costumbres que habían introducido los reyes de Israel.
El Señor repetía insistentemente a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y videntes:
"Conviértanse de su mala conducta y cumplan mis preceptos y mandamientos siguiendo en todo la ley que di a sus antepasados y que les comuniqué por mis siervos, los profetas".
Pero ellos la desobedecieron, mostrándose más tercos que sus antepasados. No creyeron en el Señor, su Dios, menospreciaron sus leyes y la alianza que había hecho con sus antepasados, así como las instrucciones que les había hecho.
El Señor, muy irritado contra Israel, lo arrojó de su presencia. Sólo quedó la tribu de Judá.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 59, 3.4-5.12-13
Escúchanos, Señor, y sálvanos.
Nos has rechazado, Dios mío, nos has destrozado; aunque estés irritado, no te alejes de nosotros.
Escúchanos, Señor, y sálvanos.
Has hecho temblar el país, lo has agrietado: repara sus grietas pues se está debilitando. Has hecho pasar a tu pueblo duras pruebas, nos has dado a beber vino embriagador.
Escúchanos, Señor, y sálvanos.
Tú, Dios mío, nos has rechazado, y ya no sales al frente de nuestras tropas. Socórrenos contra el enemigo, porque de nada sirve la ayuda de los hombres. Con Dios realizaremos proezas, él aplastará a nuestros enemigos.
Escúchanos, Señor, y sálvanos.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios es viva y eficaz, y descubre los pensamientos e intenciones del corazón.
Aleluya.
Evangelio
Sácate primero la viga que tienes en el ojo
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 1-5
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"No juzguen, para que Dios no los juzgue; porque Dios los juzgará del mismo modo que ustedes hayan juzgado y los medirá con la medida con que hayan medido a los demás.
¿Cómo es que ves la basura en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que hay en el tuyo? O ¿Cómo dices a tu hermano: "Deja que te saque la basura del ojo", si tienes una viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver para sacar la basura del ojo de tu hermano".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Recibe, Señor, las ofrendas que podemos presentar gracias a tu generosidad, para que estos santos misterios, donde tu Espíritu actúa eficazmente, santifiquen los días de nuestra vida y nos conduzcan a las alegrías eternas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. Siendo él de condición divina, se despojó de su rango, y por su sangre derramada en la cruz puso en paz todas las cosas; y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Proclamaré, Señor, todas tus maravillas; y me alegraré en ti y entonaré salmos a tu nombre, Dios altísimo.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que nos has dado, Señor, en este sacramento, sean para todos nosotros una prenda segura de vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
12ª semana. Lunes
LA MOTA EN EL OJO AJENO
— La soberbia tiende a ver aumentadas las faltas ajenas y a disminuir y excusar las propias. Evitar los juicios negativos sobre los demás.
— Aceptar a las personas como son, con sus defectos. Ayudar con la corrección fraterna.
— La crítica positiva.
I. En cierta ocasión, el Señor advirtió a los que le escuchaban: ¿Por qué te fijas en la mota del ojo de tu hermano, y no ves la viga que hay en el tuyo? O ¿cómo vas a decir a tu hermano: deja que saque la mota de tu ojo, cuando tú tienes una viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces podrás sacar la mota del ojo de tu hermano1. Una manifestación de humildad es evitar el juicio negativo, y frecuentemente injusto, sobre los demás.
Por nuestra soberbia personal, las faltas más pequeñas que afectan a otros se ven aumentadas, mientras que, por contraste, los mayores defectos propios tienden a disminuirse y a justificarse. Es más, la soberbia tiende a proyectar en los demás lo que en realidad son imperfecciones y errores de uno mismo. Por eso aconsejaba sabiamente San Agustín: "Procurad adquirir las virtudes que creéis que faltan en vuestros hermanos, y ya no veréis sus defectos, porque no los tendréis vosotros"2.
La humildad, por el contrario, ejerce positivamente su influjo en una serie de virtudes que permiten una convivencia humana y cristiana. Solo la persona humilde está en condiciones de perdonar, de comprender y de ayudar, porque solo ella es consciente de haber recibido todo de Dios, y conoce sus miserias y lo necesitada que anda de la misericordia divina. De ahí que trate a su prójimo –también a la hora de juzgar– con comprensión, disculpando y perdonando cuando sea necesario. Por otra parte, nuestra visión de las acciones de otros será siempre muy limitada, pues solo Dios penetra en las intenciones más íntimas, lee en los corazones y da el verdadero valor a todas las circunstancias que acompañan a una acción.
Debemos aprender a excusar los defectos, quizá patentes e innegables, de quienes tratamos a diario, de tal manera que no nos separemos de ellos ni dejemos de apreciarlos a causa de sus fallos o incorrecciones. Aprendamos del Señor, que "no pudiendo de ninguna forma excusar el pecado de quienes le habían puesto en la cruz, trata sin embargo de aminorar la malicia, alegando su ignorancia. Cuando no podamos nosotros excusar el pecado, juzguémosle a lo menos digno de compasión, atribuyéndolo a la causa más tolerante que pueda aplicársele, como lo es la ignorancia o la flaqueza"3.
Si nos ejercitamos en ver las cualidades del prójimo, descubriremos que esas deficiencias en su carácter, esas faltas en su comportamiento son, de ordinario, de escaso relieve en comparación con las virtudes que posee. Esta actitud positiva, justa, ante quienes tratamos habitualmente, nos ayudará mucho a acercarnos más al Señor, pues creceremos en mortificación interior, en caridad y en humildad. "Procuremos siempre –aconsejaba Santa Teresa– mirar las virtudes y cosas buenas que viéremos en los otros, y tapar sus defectos con nuestros grandes pecados. Es una manera de obrar que, aunque luego no se haga con perfección, se viene a ganar una gran virtud, que es tener a todos por mejores que nosotros, y comiénzase a ganar por aquí el favor de Dios"4.
Ante las deficiencias de los demás, incluso ante los mismos pecados externos (murmuraciones, faltas de laboriosidad...), hemos de adoptar una actitud positiva: rezar en primer lugar por ellos, desagraviar al Señor, ejercitar la paciencia y la fortaleza, quererles y apreciarles más, porque más lo necesitan; ayudarles lealmente con la corrección fraterna.
II. El Señor no despidió a los Apóstoles ni dejó de apreciarlos porque tuvieran defectos. Estos han quedado bien reflejados en los Evangelios: en aquellos primeros momentos de su entrega al Señor, a veces vemos que se mueven por envidia, que tienen sentimientos de ira, que ambicionan los primeros puestos...; en esas ocasiones el Maestro les corrige con delicadeza, tiene paciencia con ellos y no deja de quererles. Enseña a quienes iban a ser los transmisores de su doctrina algo vital, en la familia, en el trabajo... en la Iglesia entera: el ejercicio, con obras, de la caridad.
Amar a los demás, con sus defectos también, es cumplir la Ley de Cristo, pues toda la Ley se resume en un solo precepto, en este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo5, y no dice este mandamiento de Jesús que se ha de amar solo a quienes carecen de defectos o a quienes tienen determinadas virtudes. El Señor nos pide que sepamos apreciar en primer lugar, porque la caridad es ordenada, a quien Dios ha puesto a nuestro lado por razones de parentesco, de trabajo, de amistad, de vecindad... Esta caridad tomará acentos y notas particulares según los lazos que nos unan, pero en todo caso nuestra actitud ha de ser siempre abierta, amistosa, con deseos de ayudar a todos. Y no se trata de vivir esta virtud con personas ideales, sino con quienes habitualmente convivimos, trabajamos o encontramos en la calle a la hora de mayor tráfico, o cuando los transportes públicos van sobrecargados. A veces nos hallaremos –quizá en el mismo hogar, en la misma oficina– a personas que tienen mal carácter o están algo enfermas o cansadas, o son egoístas y envidiosas... Se trata de convivir, de apreciar y de ayudar a esas personas concretas y reales.
Ante las faltas del prójimo, la respuesta del cristiano es comprender, rezar y, cuando sea oportuno, ayudar a través de la corrección fraterna, que recomendó el mismo Señor6 y que se vivió desde siempre en la Iglesia.
Esta ayuda fraterna, por ser fruto de la caridad, ha de hacerse humildemente, sin herir, a solas, de forma amable y positiva, haciendo comprender a ese amigo, a ese colega, que aquello daña a su alma, al trabajo, a la convivencia, a su debido prestigio humano. El precepto evangélico supera con mucho el plano meramente humano de las convenciones sociales y de la misma amistad si se funda solo en criterios exclusivamente humanos. Es una muestra de lealtad humana, que evita toda crítica o murmuración a espaldas del interesado. ¿Nos comportamos así nosotros? ¿Ejercitamos de hecho esta recomendación que tiene su origen en el mismo Cristo?
III. Si tomamos como norma habitual no estar pendientes de la mota en el ojo ajeno, nos será fácil no hablar mal de nadie. Si en algún caso tenemos la obligación de emitir un juicio sobre una determinada actuación, sobre el proceder de alguien, haremos esa valoración en la presencia del Señor, en la oración, purificando la intención y cuidando las normas elementales de prudencia y de justicia. "No me cansaré de insistiros –solía repetir San Josemaría Escrivá– en que, quien tiene obligación de juzgar, ha de oír las dos partes, las dos campanas. ¿Por ventura nuestra ley condena a nadie sin haberle oído primero y examinado su proceder?, recordaba Nicodemo, aquel varón recto y noble, leal, a los sacerdotes y fariseos que buscaban perder a Jesús"7.
Y si tenemos que ejercer la crítica, esta ha de ser siempre constructiva, oportuna, salvando siempre a la persona y sus intenciones, que no conocemos sino parcialmente. La crítica del cristiano es profundamente humana, no hiere y conserva incluso la amistad de quienes nos son contrarios, porque se manifiesta llena de respeto y de comprensión. El cristiano, por honradez humana, no juzga lo que no conoce, y cuando emite un juicio sabe que este debe tener siempre unos requisitos de tiempo, de lugar y con los matices oportunos, sin lo cual se podría convertir con facilidad en detracción o difamación. Por caridad, y por honradez, tendremos cuidado de no convertir en juicio inamovible lo que ha sido una simple impresión, o en transmitir como verdad el "se dice" o la simple noticia sin confirmar, y que quizá nunca se confirme, que daña la reputación de una persona o de una institución.
Si la caridad nos lleva a ver los defectos de los demás solo en un contexto de virtudes y de cualidades positivas, la humildad nos conduce a descubrir tantos errores y defectos en nosotros mismos que nos moverán, sin pesimismos, a pedir perdón al Señor, a comprender que los demás tengan alguno y a poner empeño por mejorar. Y, para esto, debemos aprender a recibir y a aceptar la crítica honrada de esas personas que nos conocen y aprecian. "Signo cierto de grandeza espiritual es saber dejarse decir las cosas: recibirlas con alegría y agradecimiento"8. Por el contrario, es propio de personas que se dejan llevar por la soberbia no tolerar ninguna advertencia, la excusa o la reacción contra quien, llevado de la caridad y de la mejor amistad, les quiere ayudar a superar un defecto o a evitar que repitan un mal proceder.
Entre los muchos motivos para dar gracias a Dios, ojalá podamos contar también con el de tener personas a nuestro lado que sepan decirnos oportunamente lo que hacemos mal y lo que podemos y debemos hacer mejor, en una crítica amiga y honesta.
La Virgen Santa María siempre supo decir la palabra adecuada; jamás murmuró, muchas veces guardó silencio.
1 Mc 7, 3-5. — 2 San Agustín, Comentarios sobre los salmos, 30, 2, 7. — 3 San Francisco de Sales, Introducción a la vida devota, III, 28. — 4 Santa Teresa, Vida, 13, 6. — 5 Gal 5, 14. — 6 Mt 18, 15-17. — 7 San Josemaría Escrivá, Carta 29-IX-1957. — 8 S. Canals, Ascética meditada, p. 120.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Próspero de Aquitania, Santo Seglar, Junio 25
Si no fuera por sus escritos, todos marcados por la controversia semipelagiana, y por el testimonio del historiador Gennadio no sabríamos gran cosa de su vida que destaca por su virtud, por la perseverancia en la lucha por la ortodoxia y por el apasionamiento por la verdad. |
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Eurosia u Orosia de Jaca, Santa Mártir, Junio 25
Mártir Santa Orosia es patrona de la Jacetania y el Alto Gállego. Se celebra su festividad el 25 de junio; es además patrona de endemoniados o espirituados. |
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Fuente: Editions Magnificat
Guillermo de Vercelli, Santo Monje, Junio 25
Monje(† 1142) Nació por el año 1085 en Vercelli, como indica su nombre, en el norte de Italia. Pocas cosas sabemos de su nacimiento e infancia, pero sí de su juventud y mocedad como un prodigio de mortificación y de don de milagros. |
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Domingo Henares, Santo Obispo y Mártir, Junio 25
Nacido en Baena, España, el 19 de diciembre de 1766. |
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Francisco Do Minh Chieu, Santo Catequista y Mártir, Junio 25
Mártir Vietnamita Francisco nació en una familia cristiana en Vietnam, era catequista y colaborador de su Obispo, san Domingo Henares, cuando se inició, en 1838, la persecución anti cristiana en su país. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Dorotea de Montau, Beata Viuda, Junio 25
La célebre contemplativa Beata Dorotea Swartz de Montau, nació en Montau, el 6 de febrero del año 1347, murió en Marienwerder, el 25 junio de 1394. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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