jueves, 1 de octubre de 2020

[ † ] Jueves del Santísimo Sacramento. 01/10/20. Santa Teresita del Niño Jesús ¡ruega por nosotros!

JA

JMJ

Pax

Su deseo de paz se cumplirá

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-12

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo designó el Señor a otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde él pensaba ir. Y les decía:
"La cosecha es abundante y los trabajadores pocos; rueguen, por tanto, al dueño que envíe trabajadores a su cosecha. ¡Pónganse en camino! Miren que los envío como corderos en medio de lobos. No lleven bolsa, ni morral, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, su paz recaerá sobre ellos; si no, regresará a ustedes. Quédense en esa casa, y coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario.
No anden de casa en casa. Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que les den, curen a los enfermos que haya, y díganles: "Está llegando a ustedes el Reino de Dios". Pero si entran en un pueblo y no los reciben bien, salgan a la plaza y digan: "Hasta el polvo de su pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre ustedes en señal de protesta. De todos modos, sepan que el Reino de Dios está cerca".
Les digo que el día del juicio será más tolerable para Sodoma que para ese pueblo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

jue 26a. Ordinario año Par

 

Antífona de Entrada

Que se postre ante ti, Señor, la tierra entera; que todos canten himnos en tu honor y alabanzas a tu nombre.

Oración Colecta

Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que con amor gobiernas los cielos y la tierra; escucha paternalmente las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura

Yo sé que mi defensor vive

Lectura del libro de Job 19, 21-27

Job tomó la palabra y dijo:
"¡Tengan compasión de mí, amigos míos, que me ha herido la mano del Señor! ¿Por qué me persiguen como Dios y no se cansan de atormentarme? ¡Ojalá mis palabras se escribieran, ojalá se grabaran en bronce! ¡Ojalá con punzón de hierro y plomo se escribieran en la roca para siempre!
Yo sé que mi defensor está vivo y que al final se levantará sobre el polvo; y cuando mi piel recubra estas llagas, en mi propia carne veré a Dios; yo mismo lo veré, y no otro; mis propios ojos lo contemplarán; entonces reposará mi espíritu".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

 

Salmo Responsorial

Sal 26, 7-8a.8b-9abc.13-14

No me abandones, Dios mío.

Escucha, Señor mi clamor; ten piedad de mí, atiéndeme. Me dice el corazón; "Busca su rostro".
No me abandones, Dios mío.

Sí tu rostro, Señor, es lo que busco; no me ocultes tu rostro, no rechaces irritado a tu siervo; tú eres mi auxilio, no me desampares.
No me abandones, Dios mío.

Espero gozar los bienes del Señor en la tierra de los vivos. Espera en el Señor, sé fuerte, ten ánimo, espera en el Señor.
No me abandones, Dios mío.

 

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio. Aleluya.

 

+ Evangelio

Su deseo de paz se cumplirá

Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10, 1-12

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo designó el Señor a otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde él pensaba ir. Y les decía:
"La cosecha es abundante y los trabajadores pocos; rueguen, por tanto, al dueño que envíe trabajadores a su cosecha. ¡Pónganse en camino! Miren que los envío como corderos en medio de lobos. No lleven bolsa, ni morral, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, su paz recaerá sobre ellos; si no, regresará a ustedes. Quédense en esa casa, y coman y beban de lo que tengan, porque el trabajador tiene derecho a su salario.
No anden de casa en casa. Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que les den, curen a los enfermos que haya, y díganles: "Está llegando a ustedes el Reino de Dios". Pero si entran en un pueblo y no los reciben bien, salgan a la plaza y digan: "Hasta el polvo de su pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre ustedes en señal de protesta. De todos modos, sepan que el Reino de Dios está cerca".
Les digo que el día del juicio será más tolerable para Sodoma que para ese pueblo".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

Alabanza a Dios por la creación y redención del género humano

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque has querido ser, por medio de tu amado Hijo, no sólo el el creador del género humano, sino también el autor generoso de la nueva creación.
Por eso, con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos y unánimes te bendicen tus santos. Con ellos, unidos a los ángeles, nosotros queremos celebrarte y te alabamos diciendo:

Antífona de la Comunión

Para mí, Señor, has preparado la mesa y has llenado la copa hasta los bordes.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad para que, alimentados del mismo pan del cielo, permanezcamos siempre unidos por el mismo amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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jue 26a. Ordinario año Par (2)

-Misa del Día de petición y acción de gracias (2)-

Antífona de Entrada

Cantemos y alabemos para nuestro Dios; démosle gracias por todos sus beneficios en nombre de Jesucristo nuestro Señor.

Oración Colecta

Oremos:
Señor Dios, Padre lleno de amor, que diste a nuestros padres de Israel una tierra buena y fértil, para que en ella encontraran descanso y bienestar, y con el mismo amor nos das a nosotros fuerza para dominar la creación al darte gracias por todas tus maravillas; te pedimos que tu luz nos haga descubrir siempre que has sido tú, y no nuestro poder, quien nos ha dado fuerza para crear las riquezas de la tierra.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura

La tierra, don del Señor

Lectura, del libro del Deuteronomio 8, 7-18

En aquel tiempo, habló Moisés al pueblo y dijo:
"Cuando el Señor tu Dios te introduzca en la tierra buena: tierra de torrentes, de fuentes, de aguas profundas que brotan en las montañas y las llanuras; tierra que produce trigo y cebada, viñas, higueras y granados, tierra de olivos y miel, tierra que te dará el alimento en abundancia y no carecerás de nada; tierra que lleva hierro en sus rocas, y de cuyas montañas extraerás cobre; entonces comerás hasta saciarte, y bendecirás al Señor tu Dios por la tierra buena que te ha dado.
Pero no te olvides del Señor tu Dios, siendo infiel a los preceptos, mandatos y decretos que yo te ordeno hoy. No sea que, cuando hayas comido y te hayas saciado, cuando te edifiques casas hermosas y las habites, cuando críes tus reses y ovejas, aumentes tu plata y tu oro, y abundes en todo, te vuelvas engreído y te olvides del Señor tu Dios. Fue él quien te sacó de Egipto, de la esclavitud; quien te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con serpientes venenosas y alacranes, tierra sedienta y sin agua; fue él quien hizo brotar para ti agua de la roca maciza; quien te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus antepasados, para afligirte y probarte, y para hacerte feliz al final.
Y no digas: con mis propias fuerzas he conseguido todo esto. Acuérdate del Señor tu Dios: que es él quien te da la fuerza para adquirir estas riquezas, cumpliendo así la promesa que hizo a tus antepasados, como lo hace hoy".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

1 Cr 29, 10.11abc.11d-12a.12bcd

Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder.

Bendito eres, Señor, Dios de nuestro padre Israel, por los siglos de los siglos.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder.

Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder, la gloria, el esplendor, la majestad, porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder.

Tú eres rey y soberano de todo, de ti viene la riqueza y la gloria.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder.

Tú eres Señor del universo, en tu mano está el poder y la fuerza; tú engrandeces y confortas a todos.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder.

Segunda Lectura

Reconcíliense con Dios

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 17- 21

Hermanos: El que es de Cristo es una criatura nueva: lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado. Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el servicio de la reconciliación. Porque era Dios el que reconciliaba consigo al mundo en Cristo, sin pedirle cuentas de sus pecados, y a nosotros nos ha confiado el mensaje de la reconciliación. Por eso, nosotros actuamos como embajadores de Cristo, y es como si Dios mismo los exhortara por medio nuestro. En nombre de Cristo les suplicamos que se reconcilien con Dios. A quien no cometió pecado, Dios lo hizo expiar nuestros pecados, para que, gracias a él, recibamos la salvación de Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Está cerca el Reino de Dios: convirtámonos y creamos la Buena Noticia.
Aleluya.

Evangelio

Quien pide, recibe

† Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 7-11

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de ustedes le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden!"
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Oración sobre las Ofrendas

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza en acción de gracias por los dones que nos has concedido; ayúdanos a reconocer que es regalo tuyo lo que hemos recibido sin merecerlo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio

Nuestra misma acción de gracias es un don de Dios

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues aunque no necesitas nuestra alabanza, ni nuestras bendiciones te enriquecen, tú inspiras y haces tuya nuestra acción de gracias, para que nos sirva de salvación, por Cristo, Señor nuestro.
A quién alaban los ángeles y los arcángeles, proclamando sin cesar:

Antífona de la Comunión

Coronarás el año con tus bienes, Señor, y serás la esperanza de toda la tierra.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, tú que nos has reunido en torno a esta mesa donde construyes tu familia en la unidad y el amor, danos tu fuerza para que, con nuestro esfuerzo, cooperemos a la construcción de la ciudad terrena y trabajemos sin cesar por la llegada de tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Dia 1/10 Santa Teresa del Niño Jesús (virgen, blanco)

Antífona de Entrada

El Señor fijó su mirada en ella, la instruyó y la cuidó como a las niñas de sus ojos.

 

Oración Colecta

Oremos:
Dios y Padre nuestro, que tienes abiertas las puertas de tu Reino para los humildes y sencillos de corazón, ayúdanos a llegar a ti, a ejemplo de santa Teresa del Niño Jesús, por el camino de la fidelidad en las cosas pequeñas y el cumplimiento de los deberes diarios.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Yo haré correr la paz sobre ella como un río

Lectura del libro del profeta Isaías 66, 10-14

A légrense con Jerusalén, gocen con ella todos los que la aman, alégrense de su alegría todos los que por ella llevaron luto, para que se alimenten de sus pechos, se llenen de sus consuelos y se deleiten con la abundancia de su gloria. Porque dice el Señor:
"Yo haré correr la paz sobre ella como un río y la gloria de las naciones como un torrente desbordado. Como niños serán llevados en el regazo y acariciados sobre sus rodillas; como un hijo a quien su madre consuela, así los consolaré yo. En Jerusalén serán ustedes consolados".
Al ver esto se alegrará su corazón y sus huesos florecerán como un prado. Y los siervos del Señor conocerán su poder.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 130

Dame, Señor, la paz junto a ti.

Señor, mi corazón no es ambicioso ni mis ojos, soberbios; grandezas que superan mis alcances ni de lejos pretendo.
Dame, Señor, la paz junto a ti.

Estoy, Señor, por lo contrario, tranquilo y en silencio, como niño recién alimentado, en los brazos maternos.
Dame, Señor, la paz junto a ti.

Que igual en el Señor esperen, los hijos de Israel, ahora y siempre.
Dame, Señor, la paz junto a ti.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla.
Aleluya.

Evangelio

Si no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 1-5

Gloria a ti, Señor.

En cierta ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron:
"¿Quién es más grande en el Reino de los cielos?"
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y les dijo:
"Yo les aseguro a ustedes que si no cambian y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos. Así pues, quien se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, me recibe a mí".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, el sacrificio de alabanza que vamos a ofrecerte en esta festividad de santa Teresa del Niño Jesús, y concédenos que también nuestra vida sea agradable a tus ojos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La vida consagrada a Dios es un signo Del Reino de los cielos

En verdad es justo y necesario que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra.
Porque al celebrar a los santos que por amor al Reino de los cielos se consagraron a Cristo,
reconocemos tu Providencia admirable, que no cesa de llamar al hombre a la santidad primera,
para hacerlo participar ya desde ahora de la vida que gozará en el cielo, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
con todos los ángeles y santos, te alabamos proclamando sin cesar:

Antífona de la Comunión

A menos que cambien y se hagan tan sencillos como niños, no entrarán al Reino de los cielos, dice el Señor.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, que esta sagrada comunión encienda en nosotros aquel amor que inspiró a santa Teresa del Niño Jesús el deseo de ofrecerte su vida por la salvación de todos los hombres.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

26ª semana. Jueves

LA MIES ES MUCHA

— Urgencia de nuevos apóstoles para reevangelizar el mundo.

— La caridad, fundamento del apostolado.

— La alegría que ha de acompañar al mensaje de Cristo.

I. Entre los que seguían a Jesús había un numeroso grupo de discípulos1. Entre ellos se contaban quienes acompañaron a Jesús desde el bautismo de Juan hasta la Ascensión: de algunos nos dan noticias los Hechos de los Apóstoles, como José, llamado Barsabas, y Matías2; también estarían en este grupo Cleofás y su compañero, a quienes Cristo resucitado se les apareció en el camino de Emaús3. Sin pertenecer al círculo de los Doce, estos discípulos llegaron a formar una categoría especial entre los oyentes y amigos de Jesús, siempre dispuestos para lo que el Maestro los necesitase4. Con toda seguridad formaron el núcleo de la primitiva Iglesia después de Pentecostés. En el Evangelio de la Misa5 leemos que, de estos que le seguían con plena disponibilidad, Jesús designó a setenta y dos para que fueran delante de Él, preparando las almas para la llegada de Cristo. Y les dijo: La mies es mucha y los obreros pocos.

Hoy, también, el campo apostólico es inmenso: países de tradición cristiana que es necesario evangelizar de nuevo, naciones que han sufrido durante tantos años la persecución a causa de la fe y que necesitan nuestra ayuda, los nuevos pueblos sedientos de doctrina... Basta echar una mirada a nuestro alrededor –al lugar de trabajo, a la Universidad, a los medios de comunicación...– para darnos cuenta de todo lo que falta por hacer. La mies es mucha... "Enteros países y naciones, en los que en un tiempo la religión y la vida cristiana fueron florecientes y capaces de dar origen a comunidades de fe viva y operativa, están ahora sometidos a dura prueba e incluso alguna que otra vez son radicalmente transformados por el continuo difundirse del indiferentismo, del secularismo y del ateísmo. Se trata, en concreto, de países y naciones del llamado Primer Mundo, en el que el bienestar económico y el consumismo –si bien entremezclado con espantosas situaciones de pobreza y miseria– inspiran y sostienen una existencia vivida "como si no hubiera Dios". Ahora bien, el indiferentismo religioso y la total irrelevancia práctica de Dios para resolver los problemas, incluso graves, de la vida, no son menos preocupantes y desoladores que el ateísmo declarado. Y también la fe cristiana –aunque sobrevive en algunas manifestaciones tradicionales y ceremoniales– tiende a ser arrancada de cuajo de los momentos más significativos de la existencia humana, como son los momentos del nacer, del sufrir y del morir. De ahí proviene el afianzarse de interrogantes y de grandes enigmas, que, al quedar sin respuesta, exponen al hombre contemporáneo a inconsolables decepciones, o a la tentación de suprimir la misma vida humana que plantea esos problemas"6. Ahora es tiempo de esparcir la semilla divina y también de cosechar. Hay lugares en los que no se puede sembrar por falta de operarios, y mieses que se pierden porque no hay quien las recoja. De ahí la urgencia de nuevos apóstoles. La mies es mucha; los obreros, pocos.

En los primeros tiempos del Cristianismo, en un mundo con una situación parecida a la nuestra –con abundancia de recursos materiales pero espiritualmente menesteroso–, la naciente Iglesia tuvo el necesario vigor, no solo para protegerse de ser paganizada desde fuera, sino para transformar, desde dentro, una civilización tan alejada de Dios. No parece que el mundo de hace dos mil años estuviera mejor o peor preparado que el nuestro para ser evangelizado. A primera vista podía presentarse cerrado al mensaje de Cristo, como el de ahora; pero aquellos primeros cristianos, apóstoles todos, con las mismas armas que nosotros, el espíritu de Jesús, supieron transformarlo. ¿No vamos a poder nosotros cambiar el mundo que nos rodea: la familia, los amigos, los compañeros de trabajo...?

El mundo actual quizá esté necesitado de muchas cosas, pero ninguna otra le es precisa con más urgencia que la de apóstoles santos, alegres, convencidos, fieles a la doctrina de la Iglesia, que con sencillez den a conocer que Cristo vive. Es el mismo Señor quien nos indica el camino para conseguir nuevos operarios que trabajen en su viña: Rogad, pues, al Señor de las mies que envíe operarios a su mies. Rogad..., nos dice. "La oración es el medio más eficaz de proselitismo"7. Nuestro afán apostólico ha de traducirse, en primer lugar, en una petición continuada, confiada y humilde de nuevos apóstoles. La oración ha de ir siempre por delante.

"Desgarra el corazón aquel clamor –¡siempre actual!– del Hijo de Dios, que se lamenta porque la mies es mucha y los obreros son pocos.

"—Ese grito ha salido de la boca de Cristo, para que también lo oigas tú: ¿cómo le has respondido hasta ahora?, ¿rezas, al menos a diario, por esa intención?"8.

II. La mies es mucha... "Para la mies abundante –comenta San Gregorio Magno– son pocos los obreros – cosa que no podemos decir sin gran tristeza–; porque si bien no faltan los que oyen las cosas buenas, faltan sin embargo quienes las difundan"9. El Señor quiere servirse ahora de nosotros, como lo hizo en aquella ocasión con quienes le acompañaban y después con todos aquellos que le han querido seguir de cerca,

El Maestro, antes de enviar a los suyos al mundo entero, les hizo vivir como amigos en su intimidad, les dio a conocer al Padre, les reveló su amor y, sobre todo, se lo comunicó. Como el Padre me amó, Yo también os he amado a vosotros10; os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. Y añadió, a modo de conclusión: os he destinado para que vayáis y deis fruto11. Con esta caridad hemos de ir a todos los lugares, pues el apostolado consiste sobre todo en "manifestar y comunicar la caridad de Dios a todos los hombres y pueblos"12, esa caridad con la que nos ama el Señor y con la que quiere que amemos a todos. El cristiano será apóstol en la medida en que sea amigo de Dios y viva esa amistad con quien se encuentra cada día en su camino. En un mundo en el que la desconfianza y la agresividad parecen ir ganando terreno, nuestra primera preocupación ha de ser la de vivir con esmero la caridad en todas sus manifestaciones. Cuando quienes nos tratan –por muy alejados que se encuentren de Dios– vean que nos fiamos de ellos, que estamos dispuestos a prestar una ayuda, a sacrificarnos por el bien de personas que incluso no conocemos, que no guardamos rencor, que no somos negativos ni hablamos nunca mal de nadie, que siempre nos encontrarán dispuestos a colaborar..., pensarán que los cristianos somos muy diferentes, porque seguimos a Alguien, a Cristo, muy particular. No quiere decir esto que nunca tengamos diferencias con los demás, sino que las manifestamos sin aire de agravio, sin poner en duda la buena fe de las personas, sin atacar, aunque estemos muy lejos de sus ideas. Cuando nadie queda excluido de nuestro trato y de nuestra ayuda, entonces estamos dando testimonio de Cristo.

III. Junto a la caridad, hemos de manifestar al mundo nuestra alegría. Aquella que el Señor nos prometió en la Última Cena13, la que nace del olvido de nuestros problemas y de la intimidad con Dios. La alegría es esencial en el apostolado, pues ¿quién puede sentirse atraído por una persona triste, negativa, que se queja continuamente? Si la doctrina del Señor se propagó como un incendio en los primeros siglos fue, en buena parte, porque los cristianos se mostraban con la seguridad y la alegría de ser portadores de la Buena Nueva: eran los mensajeros gozosos de Aquel que había traído la salvación al mundo, Ciertamente constituían un pueblo feliz en medio de un mundo triste, y su alegría transmitía su fe en Cristo, era portadora de la verdad que llevaban en el corazón y de la que hablaban en el hogar, en la intimidad de la amistad..., en todo momento, porque era la razón de su vida.

La alegría del cristiano tiene un fundamento bien firme, el sentido de su filiación divina, el saberse hijos de Dios en cualquier circunstancia. "Como sugiere Chesterton, es alegría no porque el mundo pueda colmar todas nuestras aspiraciones, sino al revés. No estamos donde hemos de permanecer: estamos en camino. Habíamos perdido la senda y Alguien ha venido a buscarnos y nos lleva de vuelta al hogar paterno. Es alegría no porque todo lo que nos sucede esté bien –no es así–, sino porque Alguien sabe aprovecharlo para nuestro bien. La alegría cristiana es consecuencia de saber enfrentarse con el único hecho auténticamente triste de la vida, que es el pecado: y de saber contrarrestarlo con un hecho gozoso aun más real y más fuerte que el pecado: el amor y la misericordia de Dios"14,

Hemos de preguntarnos si realmente reflejamos en nuestra vida ordinaria tantos motivos como tenemos para estar alegres: el gozo de la filiación divina, del arrepentimiento y el perdón, de sentirnos en camino hacia una felicidad sin fin..., ¡la inmensa alegría de poder comulgar con tanta frecuencia! "El primer paso para acercar a otros a los caminos de Cristo es que te vean contento, feliz, seguro en tu andar hacia Dios"15.

Y, junto a la alegría y la caridad de Cristo, hemos de saber expresar la posesión de la única verdad que puede salvar a los hombres y hacerlos felices. "Solo los cristianos convencidos tienen la posibilidad de convencer a los demás. Los cristianos convencidos a medias no convencerán a nadie"16.

1 Cfr. Mc 2, 15. — 2 Cfr. Hech 1, 21-26. — 3 Cfr. Lc 24, 13-35. — 4 Cfr. P. R. Bernard, El misterio de Jesús, J. Flors, Barcelona 1965, vol. I, pp. 88 ss. — 5 Lc 10, 1-12. — 6 Juan Pablo II, Exhort. Apost. Christifideles laici, 30-XII-1988. 34. — 7 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 800. — 8 ídem, Forja. n, 906. — 9 San Gregorio Magno, Homilías sobre los Evangelios, 17, 3. — 10 Jn 15, 9. — 11 Jn 15, 16. — 12 Conc. Vat. II, Decr. Ad gentes, 10. — 13 Cfr. Jn 16, 22. — 14 C. Burke, Autoridad y libertad en la Iglesia, p. 223. — 15 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 858. — 16 C. Burke, o. c., p. 219.


Santoral

 

Teresa del Niño Jesús, Santa

Sencillez y perfección en las cosas pequeñas, 1 de octubre

 

Teresa del Niño Jesús, Santa

"Sencillez y perfección en las cosas pequeñas"
1 de octubre

 


La Iglesia le dedica este día para que la conozcamos y tratemos de imitar sus virtudes de delicadeza y pefección en las cosas pequeñas.

Hay dos santas con el mismo nombre:
Santa Teresita del Niño Jesús o de Lisieux y Santa Teresa de Ávila (15 de Octubre). Ambas fueron monjas carmelitas, nos dejaron una autobiografía y son santas doctoras de la Iglesia.

María Francisca Teresa (Santa Teresita del Niño Jesús o de Lisieux) nació el 2 de Enero de 1873 en Francia. Hija de un relojero y una costurera de Alençon. Tuvo una infancia feliz y ordinaria, llena de buenos ejemplos. Teresita era viva e impresionable, pero no particularmente devota.

En 1877, cuando Teresita tenía cuatro años, murió su madre. Su padre vendió su relojería y se fue a vivir a Lisieux donde sus hijas estarían bajo el ciudado de su tía, la Sra. Guerin, que era una mujer excelente. Santa Teresita era la preferida de su padre. Sus hermanas eran María, Paulina y Celina. La que dirigía la casa era María y Paulina que era la mayor se encargaba de la educación religiosa de sus hermanas. Les leía mucho en el invierno.

Cuando Teresita tenía 9 años, Paulina ingresó al convento de las carmelitas. Desde entonces, Teresita se sintió inclinada a seguirla por ese camino. Era una niña afable y sensible y la religión ocupaba una parte muy importante de su vida.

Cuando Teresita tenía catorce años, su hermana María se fue al convento de las carmelitas igual que Paulina. La Navidad de ese año, tuvo la expeirencia que ella llamó su "conversión". Dice ella que apenas a una hora de nacido el Niño Jesús, inundó la oscuridad de su alma con ríos de luz. Decía que Dios se había hecho débil y pequeño por amor a ella para hacerla fuerte y valiente.
Al año siguiente, Teresita le pidió permiso a su padre para entrar al convento de las carmelitas y él dijo que sí. Las monjas del convento y el obispo de Bayeux opinaron que era muy joven y que debía esperar.

Algunos meses más tarde fueron a Roma en una peregrinación por el jubileo sacerdotal del Papa León XIII. Al arrodillarse frenta al Papa para recibir su bendición, rompió el silencio y le pidió si podía entrar en el convento a los quince años. El Papa quedó impresionado por su aspecto y modales y le dijo que si era la voluntad de Dios así sería

Teresita rezó mucho en todos los santuarios de la peregrinación y con el apoyo del Papa, logró entrar en el Carmelo en Abril de 1888. Al entrar al convento, la maestra de novicias dijo; " Desde su entrada en la orden, su porte tenía una dignidad poco común de su edad, que sorprendió a todas las religiosas." Profesó como religiosa el 8 de Septiembre de 1890. Su deseo era llegar a la cumbre del monte del amor.

Teresita cumplió con las reglas y deberes de los carmelitas. Oraba con un inmenso fervor por los sacerdotes y los misioneros. Debido a esto, fue nombrada después de su muerte, con el título de patrona de las misiones, aunque nunca habia salido de su convento.

Se sometió a todas las austeridades de la orden, menos al ayuno, ya que era delicada de salud y sus superiores se lo impidieron. Entre las penitencias corporales, la más dura para ella era el frío del invierno en el convento. Pero ella decía "Quería Jesús concederme el martirio del corazón o el martirio de la carne; preferiría que me concediera ambos." Y un día pudo exclamar "He llegado a un punto en el que me es imposible sufrir, porque todo sufrimiento es dulce."

En 1893, a los veinte años, la hermana Teresa fue nombrada asistente de la maestra de novicias. Prácticamente ella era la maestra de novicias, aunque no tuviera el título. Con respecto a esta labor, decía ella que hacer el bien sin la ayuda de Dios era tan imposible como hacer que el sol brille a media noche.

Su padre enfermó perdiendo el uso de la razón a causa de dos ataques de parálisis. Celina, su hermana, se encargó de cuidarlo. Fueron unos año difíciles para las hijas. Al morir el padre, Celina ingresó al convento con sus hermanas.

En este mismo año, Teresita se enfermó de tuberculosis. Quería ir a una misión en Indochina pero su salud no se lo permitió. Sufrió mucho los últimos 18 meses de su vida. Fue un período de sufrimiento corporal y de pruebas espirituales. En junio de 1897 fue trasladada a la enfermería del convento de la que no volvió a salir. A partir de agosto ya no podía recibir la Comunión debido a su enfermedad y murió el 30 de Septiembre de ese año. Fue beatificada en 1923 y canonizada en 1925. Se le presenta como una monja carmelita con un crucifijo y rosas en los brazos. Ella decía que después de su muerte derramaría una lluvia de rosas.
El culto a esta santa comenzó a crecer con rapidez. Los milagros hechos gracias a su intercesión atrajeron a atención de los cristianos del mundo entero.

Escribió el libro "Historia de un alma" que es una autobiografía. Escribe frases preciosas como éstas en ese libro: "Para mí, orar consiste en elevar el corazón, en levantar los ojos al cielo, en manifestar mi graitud y mi amor lo mismo en el gozo que en la prueba."; "Te ruego que poses tus divinos ojos sobre un gran número de almas pequeñas." Teresita se contaba a sí misma entre las almas pequeñas, decía "Yo soy un alma minúscula, que sólo puede ofrecer pequeñeces a nuestro Señor."

¿Qué nos enseña Santa Teresita?

Nos enseña un camino para llegar a Dios: la sencillez de alma. Hacer por amor a Dios nuestras labores de todos los días. Tener detalles de amor con los que nos rodean. Esta es la "grandeza" de Santa Teresita. Decía: "Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra."El secreto es reconocer nuestra pequeñez ante Dios, nuestro Padre. Tener una actitud de niño al amar a Dios, es decir, amarlo con simplicidad, con confianza absoltua, con humildad sirvendo a los demás. Esto es a lo que ella llama su "caminito". Es el camino de la infancia espiritual, un camino de confianza y entrega absoluta a Dios.

Nos enseña a servir a los demás con amor y perfección viendo en ellos a Jesús. Toda su vida fue de servicio a los demás. Ser mejores cada día con los demás en los detalles de todos los días.

Nos enseña a tener paciencia ante las dificultades de la vida. Su enfermedad requi-rió de mucha paciencia y aceptación. Sólo estando cerca de Dios el sufrimiento se hace dulce.

Nos enseña a tener sentido del humor ante lo inevitable. Dicen que durante la meditación en el convento, una de las hermanas agitaba su rosario y esto irritaba a Santa Teresita. Decidió entonces en lugar de tratar de no oir nada, escuchar este ruido como si fuera una música preciosa. En nuestras vidas hay situaciones o acciones de los demás que nos molestan y que no podemos evitar. Debemos aprender a reirnos de éstas, a disfrutarlas por que nos dan la oportunidad de ofrecer algo a Dios.

Nos enseña que podemos vivir nuestro cielo en la tierra haciendo el bien a los que nos rodean. Actuar con bondad siempre, buscando lo mejor para los demás. Esta es una manera de alcanzar el cielo.

Nos enseña a ser sencillos como niños para llegar a Dios. Orar con confianza, con simplicidad. Sentirnos pequeños ante Dios nuestro Padre.

Oración
Virgen María y Santa Teresita, ayúdenme a tener más amor a Dios para servir mejor a los que me rodean.


Luis Maria Monti, Beato

Religioso laico, fundador, 1 Octubre

 

Luis Maria Monti, Beato

Corría el siglo XIX y el agnosticismo cundía entre las gentes. Fue entonces cuando el Espíritu Santo inspiró a varios hombres y mujeres excepcionales, enriquecidos con el carisma de la "asistencia" y de la "acogida", para que el amor al prójimo convenciese al hombre escéptico y positivista a creer en Dios-amor.

El Padre Luigi Monti, beato de la caridad, pasó a engrosar las filas de fieles sumidos en el Espíritu Santo. Dio fe del amor al prójimo bajo la insignia de la Inmaculada: la Mujer que nó conoció el pecado, símbolo de la liberación de todos los males.

Luigi Monti, religioso laico, a quien sus discípulos veneraban llamándole "padre" debido a su irrebatible paternidad espiritual, nació en Bovisio, el 24 de julio de 1825, el octavo de una familia con once hijos. Huérfano de padre a los 12 años, se hizo carpintero para ayudar a su madre y a sus hermanos pequeños. Joven apasionado, reunió en su taller a muchos artesanos de su edad así como a campesinos para dar vida a un oratorio vespertino. El grupo se denominó la Compañía del Sagrado Corazón de Jesús, pero el pueblo de Bovisio no tardó en apodarlo "La Compañía de los Hermanos".

Dicha compañía se caracterizaba por la austeridad de vida, la dedicación al enfermo y al pobre, por el tesón para evangelizar a los que se hallaban alejados del camino. Luigi capitaneaba el grupo. En 1846, a los 21 años de edad, se consagró a Dios y emitió votos de castidad y obediencia en manos de su padre espiritual. Fue un fiel laico consagrado a la Iglesia de Dios, sin convento y sin hábito. Sin embargo, no todo el mundo supo acoger el don que el Espíritu había infundido en él De hecho, algunas personas del pueblo junto al párroco, se opusieron de forma rastrera e implacable, lo cual desembocó en una denuncia calumniosa en la que se le acusaba de conspiración politica contra la autoridad austríaca de ocupación. En 1851, Luigi Monti y sus compañeros fueron encarcelados en Desio (Milán) y fueron puestos en libertad gracias a un proceso verbal que, sin embargo, no se celebró hasta pasados 72 días de cárcel.

Dócil con su padre espiritual, el sacerdote Luigi Dossi, entró con él en la congregación de los "Hijos de María Inmaculada" que el beato Ludóvico Pavoni había fundado hacía cinco años. Se quedó seis años de novicio. Este tiempo supuso para Luigi Monti un periodo de transición, en el que se enamoró de las constituciones de Pavoni, se ejercitó como educador y aprendió la teoría y la práctica de la profesión de enfermero que puso al servicio de la comunidad y de los afectados por el cólera durante la epidemia de 1885, encerrándose voluntariamente en la leprosería local.

A los 32 años, Luigi Monti todavía estaba buscando la realización concreta de su vocación. En una carta con fecha de 1896, cuatro años antes de fallecer, evocó la noche del espíritu, vivida en este periodo:

"Transcurría horas ante Jesús Sacramentado. Y, sin embargo, eran horas sin pizca de rocío celestial. Mi corazón permanecía árido, frío, insensible.

Estaba a punto de abandonarlo todo cuando, de repente mientras me hallaba en mi celda, y sentí una voz en mi fuero interno, clara y comprensible, que me decía: "Luigi, dirígete al sagrario de la iglesia y expónle tus tribulaciones de nuevo a Jesús Sacramentado".

Así que haciendo caso de la inspiración, me voy para allá, me arrodillo y al cabo de poco !maravilla! veo a dos personajes con forma humana. Los conozco. Son Jesús y su Madre Santísima. Se me acercan y me dicen en voz alta: "Luigi, te queda mucho que sufrir todavía, te quedan luchas mayores que librar. Sé fuerte. Saldrás vencedor de todo. Nuestra ayuda poderosa no te faltará nunca. Sigue el camino que empezaste". Sí, dieron, y desaparecieron.

Inspirado en el testimonio de caridad de la santa Crocifissa Di Rosa, el sacerdote Luigi Dossi planteó a Monti la idea de crear una "Congregación para el servicio de los enfermos" en Roma. Luigi Monti aceptó y sugirió llamarla "Congregación de los Hijos de la Inmaculada Concepción". Varios amigos suyos de la época de la "Compañía" compartieron dicha idea y, además, se sumó un joven enfermero experto y muy apasionado, llamado Cipriano Pezzini.

Una fundación en la Roma de Pío IX no era cosa sencilla y menos todavía en uno de los hospitales más famosos de Europa, el hospital de Santo Spirito. Mientras tanto, los capellanes capuchinos, en el seno de dicho hospital iniciaron una asociación de terceros de San Francisco para la asistencia corporal a los enfermos.

Cuando Luigi Monti llegó a Roma, en 1858, halló una realidad distinta a la que se imaginaban tanto él como su amigo Pezzini, quien le precedió para entablar las negociaciones que eran menester con el Comendador, máxima autoridad del hospital.

Comprendió que Dios, en ese momento, lo quería sencillamente como el "Hermano Luigi de Milán", enfermero del hospital Santo Spirito. De manera que solicitó humildemente formar parte del grupo organizado de los PP. Capuchinos. Al principio, se encargó de todos los servicios reservados en la actualidad al personal sanitario asistente, y posteriormente la tarea de flebotomiano, tal y como consta en el diploma que le concedió la Università La Sapienza di Roma.

En 1877, por designación unánime de sus congregantes, Pío IX le encomendó capitanear "su propia" Congregación y así siguió hasta su muerte.

Pío IX prefirió desde un primer momento la Congregación de los Hijos de la Inmaculada Concepción tanto por su gran anhelo de ver bien asistidos a los enfermos de los hospitales romanos como por el hecho de que llevaba el nombre de la Inmaculada.

Convertido en Superior general, Luigi Monti preparó para la Congregación un código de vida que reflejaba las experiencias para las que el Espíritu de Dios le había conducido. Y la comunidad de Santo Spirito, gracias al ánimo que infundió, vivió la "apostolica vivendi forma" de los Hijos de la Inmaculada Concepción. Los Hermanos nutriéndose con la Eucaristía y la meditación del privilegio de la "Completamente Pura", se dedicaron a la asistencia de forma heroica. En los hospicios en masa por epidemias de malaria, de tifus o tras episodios bélicos, los Hermanos no dudaban en prestar su propio colchón. Se declaraban todos ellos dispuestos a asistir a los enfermos de todas las formas de enfermedad, se les enviase a donde se les enviase. Luigi Monti constituyó otras pequeñas comunidades en la zona norte de la región del Lacio, en donde él mismo había trabajado anteriormente brindando servicios médicos de todo tipo asó como en calidad de enfermero itinerante por los caseríos desperdigados en el campo de Orte, en la provincia de Viterbo.

En 1882, recibió en Santo Spirito la visita de un monje cartujo que declaró haber recibido de la Virgen Inmaculada la inspiración para presentarse ante él. Venía de Desio. El cartujo le presentó un caso límite: se trataba de cuatro sobrinillos suyos, huérfanos de padre y madre. Era una señal del Espíritu de Dios y Luigi Monti amplió su obra asistencial a los menores totalmente huérfanos. Para ellos inauguró una casa de acogida en Saronno. Su principio pedagógico básico se basaba en la paternidad del educador. La comunidad de los religiosos acoge al huérfano como en familia, para "vivir juntos el día", para crear juntos las perspectivas de inserción en la sociedad con una formación humana y cristiana que sea la base para todas las vocaciones: a la vida civil, a la familia y al estado de consagración especial.

Luigi Monti, laico consagrado, concibió la comunidad de los "Hermanos" no sacerdotes y sacerdotes con igualdad de derechos y de deberes, en la que se elegía como superior al hermano más idóneo. La muerte le halló en Saronno, exánime, casi ciego, con 75 años de edad en 1900. Su proyecto no había recibido todavía la aprobación eclesiástica. La obtuvo en 1904 de Pío X quién aprobó el nuevo modelo de comunidad previsto por el fundador, concediendo el sacerdocio ministerial como complemento esencial para desempeñar una misión apostólica dirigida a todos los hombres, tanto en el servicio de los enfermos como en la acogida de la juventud marginada.

En 1941, el beato Ildefonso Schuster, arzobispo de Milán, inauguró el proceso informativo que se prolongó hasta 1951.

En el año 2001, la Congregación para las Causas de los Santos promulgó el decreto sobre el heroísmo de las virtudes, y en el año 2003 se redactó el decreto que define milagrosa la curación acontecida en 1961 en Bosa (Cerdeña) del campesino Giovanni Luigi Iecle.

Hoy en día, la Congregación de los Hijos de la Inmaculada Concepción, esparcida por todo el mundo, sigue plasmando en las obras de caridad el carisma de acogida paternal y de asistencia llevada a cabo con profesionalidad y entrega total por su fundador, Luigi Monti.


Ángelo de Sansepolcro, Beato

Ermitaño, 1 de octubre

 

Ángelo de Sansepolcro, Beato

Octubre 1
Ángelo (Scarpetti) de Sansepolcro

 

Etimológicamente significa "mensajero". Viene de la lengua griega.

Los creyentes, guiados libremente por Dios, son conducidos al extremo de la libertad. Por amor hacia lo que se les ha confiado, se preparan para sumir responsabilidades.

Pensó desde su juventud que su puesto en la Iglesia, era ser ermitaño siguiendo las Reglas de san Agustín.

Nació en Sansepulcro, Italia, en la mitad del siglo XIII.

Una antigua tradición local dice que pertenecía a una familia noble, los Scarpetti.

Entró en el convento de los Ermitaños de Juan Bono en 1254. A los dos años pasó el convento a los eremitas de san Agustín.

De su vida se recuerdan algunos hechos importantes. El más sobresaliente fue resucitar a a un inocente condenado a muerte.

Trabajó seriamente por establecer ermitas en Inglaterra.

Los escritores que hablan de su vida, dicen que era muy humilde, poseía una caridad emprendedora, una gran pureza de corazón y una gran riqueza en carismas sobrenaturales.

Murió en esta ciudad en 1306.

A los cuatro años de su muerte nació una fraternidad en honor de la Virgen María y de san Ángel.

Los superiores lo tenían en alta consideración por sus virtudes.

Cuando los hermanos tuvieron que dejar el sitio en el que estaban para irse a otro lugar, se llevaron consigo los restos mortales de san Ángel y fijaron para el 29 de septiembre su fiesta y el traslado de su cuerpo.

Esta fiesta se suprimió en 1855. En 1905 se inició el proceso de su santidad a nivel canónico y se le permitió el culto en 1922.

Su cuerpo se conserva en una urna de madera con las escenas principales del santo en el altar mayor de san Agustín.


Romanos el melódico

Poeta litúrgico, 1 de octubre

 

Romanos el melódico

Poeta litúrgico
Octubre 1

 

Etimológicamente significa "perteneciente a Roma". Viene de la lengua latina.

Cuando un creyente siente en sus venas todo el arte que Dios le ha concedido, lo pone a su disposición para que redunde a su mayor gloria. La vanidad es la gran enemiga del alma.
El joven Romanos se lo pasaba bien en su querida nación Siria. Todo el mundo admiraba su voz y sus cualidades para el canto.

El, sin embargo, cuando nadie lo esperaba, se marchó a Constantinopla que era por entonces el emporio de la cultura.

Aquí, con buenos maestros, se educó su voz al máximo. Deseaba cantar la gloria de Dios lo mejor posible.

Sucedió que la Madre de Dios, en la víspera de la gran fiesta de la Navidad y en la iglesia de Blanchernes le hizo el milagro de afinar y atiplar su voz de tal modo que cualquiera que lo oía, pensaba que estaba escuchando a un ángel.

Participaba activamente en la liturgia y alegraba y enfervorizaba a todos con el suave tono de su voz armonizada.

Los músicos de la ciudad cogieron las notas de sus canciones con el fin de que no pasaran en balde. Las transcribieron todas, pero, desde luego, las mejores fueron las que cantó el día de Navidad y en su vigilia.

Era el don que le hizo la Virgen María pocos momentos antes de que se celebrase el nacimiento de su Hijo en el portal de Belén.

Al igual que su voz, su vida fue una pura melodía de santidad.

Se sabe que llegó de Siria, fue diácono y coadjutor de una parroquia. Los tiempos no le fueron demasiado favorables – porque era emperador Atanasio -, sin embargo, a pesar de todo, pudo glorificar a Dios con su canto y su apostolado.

Es el poeta litúrgico más importante en el rito bizantino. Se conservan más de 80 himnos suyos de los más de 500 que escribió.


Autor: Vaticano | Fuente: Vatican.va
María Josefa Sancho Guerra, santa

Religiosa, fundadora de las Siervas de Jesús de la Caridad, 1 de octubre

 

María Josefa Sancho Guerra, santa

María Josefa del Corazón de Jesús
Sancho Guerra
Una vida entregada a los enfermos
Octubre 1

 

I
VIDA Y OBRAS



Santa María Josefa del Corazón de Jesús, hija primogénitade Bernabé Sancho, sillero, y de Petra de Guerra, ama de casa, nació en Vitoria (España) el 7 de septiembre de 1842, y fue bautizada al día siguiente. Según la costumbre vigente entonces, fue confirmada dos años más tarde, el 10 de agosto de 1844. Huérfana de padre a la edad de siete años, la madre la preparó para la Primera Comunión, que recibió a los diez años. A los quince años, fue enviada a Madrid a casa de algunos parientes para completar su educación y formación. Características de su infancia y niñez, fueron: una fuerte piedad hacia la Eucaristía y la Virgen María, una inclinación y sensibilidad hacia los pobres y los enfermos y una inclinación al retiro.

Regresa a Vitoria a los 18 años y manifiesta a su madre el deseode entrar en un monasterio, por sentirse atraída hacia la vida claustral.

De adulta, Santa M Josefa, solía repetir: "Nací con la vocación religiosa". Solo que, a juzgar por las circunstancias, se deduce que pasó por varias experiencias, no sin distintas sugerencias de prudentes eclesiásticos antes de encontrar la forma definitiva de su vocación. De hecho, estuvo a punto de entrar entre las Concepcionistas contemplativas de Aranjuez en 1860, pero se lo impidió una grave enfermedad de tifus. Su madre la ayudó a superar la desilusión.

En los meses siguientes, le pareció comprender que el Señor la llamaba a un género de vida religiosa activo. De este modo se decidió a entrar en el Instituto de las Siervas de María, fundado recientemente en Madrid por Santa Soledad Torres Acosta. Al acercarse el tiempo de la profesión, fue asaltada por graves dudas e incertidumbres sobre su efectiva llamada en aquel Instituto. Confió su alma a distintos confesores y le dijeron que se había equivocado de vocación.

Los contactos con el santo Arzobispo Claret y los coloquios serenos con la misma Santa Soledad Torres Acosta, fueron madurando paulatinamente la decisión de salir del Instituto de las Siervas de María para dar vida a una nueva familia religiosa, que tuviera por finalidad exclusiva la asistencia a los enfermos en los hospitales y en sus domicilios. Compartían este mismo ideal otras 4 Siervas de María, que con el permiso del Cardenal Arzobispo de Toledo, salieron junto con ella con la misma finalidad.

La nueva fundación se hizo en Bilbao en la primavera de 1871, cuando María Josefa contaba 29 años. Desde entonces, y por 41 años seguidos, fue Superiora del nuevo Instituto de las Siervas de Jesús.Se comprometió en difíciles viajes para visitar las distintas Comunidades, hasta que una larga enfermedad la confinó en la casa de Bilbao. Obligada a permanecer acostada o en una butaca, seguía los acontecimientos de las varias Casas de España y de fuera de ella, mediante una copiosa y preciosa correspondencia. A su muerte, acontecida después de largos años de sufrimiento, el 20 de marzo de 1912, eran 43 las Casas fundadas y más de un millar sus religiosas.

Su santa muerte causó gran conmoción en Bilbao y en numerosas localidades donde era conocida a través de las Casas de su Instituto. También sus funerales tuvieron una resonancia extraordinaria. Fue enterrada en el cementerio municipal de Bilbao. Pero en 1926, al crecer su fama de santidad, sus restos mortales fueron trasladados a la Casa Madre del Instituto, y sepultados en la capilla donde aún reposan.

II
ESPIRITUALIDAD



Los escritos y los testimonios oculares ponen de evidencia los puntos centrales de la espiritualidad de Santa María Josefa:

1) Gran amor a la Eucaristía y al Sagrado Corazón.

2) Profunda adoración al misterio de la Redención e íntima participación al dolor de Cristo y a su Cruz.

3) Completa dedicación al servicio de los enfermos en un contexto de espíritu contemplativo. He aquí algunas expresiones significativas, tomadas de sus escritos:

"La caridad y el amor mutuo, forman aún en esta vida el cielo de las Comunidades. Sin Cruz no hemos de estar, dondequiera que vayamos, la vida religiosa es vida de sacrificio y de abnegación.El fundamento de la mayor perfección es la caridad fraterna"(Don Pablo B. Aristegui, Beata Maria Giuseppa del Cuore di Gesù, Mensajero, 1992, p. 97).

"No crean, Hermanas, que la asistencia a los enfermos consiste solo en dar las medicinas y los alimentos al enfermo, hay otra clase de asistencia que nunca deben olvidar, y es la del corazón, procurando acomodarse a la persona que sufre, saliendo al encuentro de sus necesidades" (ib., p. 97)

"Formemos en el Corazón Divino de Jesús nuestro centro de comunicaciones con Él. Podemos hacerlo con la frecuencia que lo deseemos, sin temor de molestar a nadie; sólo con Jesús será nuestra intimidad" (Consejos y Máximas de nuestra Venerada Madre Fundadora, Madrid, Imprenta Juan Bravo, 1994, p. 15).

III
EL CARISMA DE SERVIR
A LOS ENFERMOS



La huella particular impresa por M Josefa al Instituto de las Siervas de Jesús refleja su experiencia interior de alma consagrada al servicio caritativo del prójimo, especialmente a los enfermos, en un clima de espíritu contemplativo. Encontramos bien explicada su idea en el Directorio de Asistencias, escrito por ella misma, donde llega a afirmar que la Sierva de Jesús proporciona al enfermo, que acompaña hasta la puerta de la eternidad, un bien mayor que el del misionero que con su predicación llama a los extraviados al recto camino de la vida.

"De esta manera —escribe— las funciones materiales de nuestro Instituto, destinadas a procurar la salud corporal de nuestros prójimos se elevan a una gran altura y hacen nuestra vida activa más perfecta que la contemplativa, como enseñó el angélico maestro Santo Tomás que dice de los trabajos dirigidos a la salud del alma que vienen de la contemplación" (Directorio de Asistencias de la Congregación Religiosa Siervas de Jesús de la Caridad, Vitoria, 1930, p. 9).

Con este espíritu, las Siervas de Jesús, desde la muerte de su Madre M Josefa y hasta hoy, han continuado su servicio a los enfermos, con una generosa oblación de vida que recuerda a la desu Fundadora.

Además, de acuerdo al progreso de los tiempos y a las necesidades de la vida moderna, a la primitiva finalidad de asistencia a los enfermos, de asistir a personas ancianas en residencias y de acoger y asistir niños en las guarderías, han añadido otros como: comedores para indigentes, centros de acogida para enfermos de sida, centros de día para personas mayores, pastoral de la salud y otras obras de beneficencia y caridad, sobre todo en los países pobres de América Latina y Asia.

Hoy, en la actualidad, las 1050 Religiosas del Instituto de las Siervas de Jesús están presentes, además de España, en Italia, Francia, Portugal, Chile, Argentina, Colombia, México, Ecuador, Perú, República Dominicana, Paraguay, Filipinas.

IV
ITINERARIO DE LA CAUSA



Pocos años después de la muerte de la Madre María Josefa, el Instituto de las Siervas de Jesús proyectaba empezar la Causa de Canonización, pero por circunstancias adversas, entre las que estuvo la guerra civil española de 1936 y la segunda guerra mundial, se pudo llevar a la práctica sólo después de casi treinta años.

a) El 31 de mayo de 1951, comenzó el Proceso Ordinario Informativo en Bilbao.

b) El 7 de enero de 1972, el Decretum super introductione Causae.

c) El 7 de septiembre de 1989 se promulgó el Decretum super Virtutibus

d) El 27 de septiembre de 1992 fue solemnemente beatificada por nuestro Santo Padre Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro.

e) El Consistorio tuvo lugar el día 10 de marzo de 2000 donde S.S. Juan Pablo II fijó la fecha de su Canonización, para el día 1 de octubre de 2000.


Mártires de Londres de 1588

Beatos, mártires en Inglaterra, 1 Octubre

 

El 1 de octubre se recuerda a los mártires que sufrieron en Londres
al desatarse la persecución de julio de 1588, como consecuencia, omejor
dicho represalia, de la alarma provocada por las amenazas de invasión
de la española y cristiana Armada Invencible. En octubre de ese año
hubo una serie de ejecuciones en las provincias: cuatro católicos fueron
martirizados en Canterbury:

 

Beato Roberto Wilcox: nació en
Chester en 1558. Hizo sus estudios sacerdotales en Reims, a donde llegó
el 12 de agosto de 1583. Recibió la tonsura y las órdenes menores
el 23 de septiembre del año siguiente. Fue ordenado subdiácono
el 16 de marzo, diácono el 5 o 6 de abril, y sacerdote el 20de abril
de 1585, recibiendo todas estas órdenes en Reims. fue enviado a la misión
inglesa el 7 de enero de 1586. Empezó a trabajar en Kent; pero ese mismo
año fue arrestado y encarcelado en Marshalsea. Condenado a muerte, fue
ahorcado, arrastrado y descuartizado en las afueras de Canterbury, en el sitio
llamado Oaten Hill.



Beato Eduardo Campion: (cuyo verdadero apellido
era Edwards), nació en 1552 en Ludlow, Shropshire, en el seno de una
buena familia. Pasó dos años en el Jesus College, de Oxford. Cuando
se hallaba al servicio de Gregory, décimo Lord Dacre de el South, se
reconcilió con la Iglesia de la que se había alejado. Fue a estudiar
a Reims a donde llegó el el 22 de Febrero de 1586, allí donde
tomó el nombre de Campion. Fue ordenado subdiácono en Laon, el
18 de Septiembre, diácono en, el 19 de diciembre del mismo año,
y sacerdote a principios del año siguiente, en Cuaresma, siendo adjudicado
a la Diócesis de Canterbury. Inmediatamente volvió a Inglaterra,
siendo arrestado el 18 de marzo de 1587 en Sittingbourne, siendo encarcelado
primero en Newgate y luego en Marshalsea. Murió mártir por no
querer renegar de la fe, en 1588.

 

Cristobal Buxton: nació en Tideswell,
Derbyshire. Tuvo como profesor en la escuela al Venerable Nicolás Garlick
e hizo sus estudios sacerdotales en Reims y en Roma. Fue ordenado sacerdote
en 1586 y ejerció su ministerio durante tres años antes de morir
martirizado en Canterbury. Tanto el Beato Cristóbal Buxton, como los
beatos Roberto Wilcox y Eduardo Campion, fueron condenados por haber vuelto
al reino en calidad de sacerdotes. El Beato Cristóbal era el más
joven de los mártires. Los verdugos creyeron que conseguirían
amedrentarle obligándole a presenciar el martirio de sus compañeros,
pero, cuando le ofrecieron la libertad al precio de la apostasía, Cristóbal
replicó que prefiriría morir mil veces antes que aceptar tal proposición.
En la prisión de Marshalsea escribió un "Rituale", que
se conserva todavía como una reliquia.

 

y Roberto Widmerpool: el cuarto de los
mártires de Canterbury, era un laico. Había nacido en Widmerpool,
localidad de Nottinghmshire y había hecho sus estudios en el Gloucester
Hall de Oxford, donde obtuvo el título de maestro de escuela. Durante
algún tiempo, fue tutor de los hijos del conde de Nortumbría.
Se le acusó de haber ayudado a un sacerdote al darle refugio en la casadel
conde. Antes de ser ahorcado, el beato dio gracias a Dios por haberle concedido
el privilegio de morir por la fe en la misma ciudad que Santo Tomás Becket

 

Otros tres en diferentes ciudades. En Chichester:

 

Beato Rodolfo Crockett: fue martirizado
en Chichester.
Nació en Barton-on-the-Hill, en Cheshire. Hizo sus estudios
en el Christ´s College, de Cambridge, y en Gloucester Hall de Oxford. Había
ejercido en Anglia del este el cargo de maestro de escuela antes de pasar al
colegio de Reims para prepararse para servir a Dios como sacerdote. Fue ordenado
en 1586 y martirizado dos años después en Chichester

 

Beato Eduardo James: nació en Breaston,
en Derbyshire. Fue educado en el protestantismo en la escuela de Derby y en
St. John´s College de Oxford. Después de su conversión, se trasladó
a Reims y más tarde a Roma, donde recibió la ordenación
sacerdotal de manos de Goldwell de Saint Asaph. Ejerció su ministerio
entre sus ciudadanos durante cinco años antes de ser arrestado junto
con el Beato Rodolfo Crockett y conducido a la prisión de Londres. Allí
ambos permanecieron más de dos años y medio. Después del
fracaso de la Armada Invencible, comparecieron ante el tribunal de Chichester,
que decidió hacer con ellos un escarmiento.

 

Y en Ipswich: el Beato Juan Robinson,
nació en Ferrensbery, en el Yorkshire. Cuando quedó viudo, pasó
a Reims, donde su hijo Francisco estudiaba también para el sacerdocio.
Recibió la ordenación sacerdotal en 1585. Fue arrestado en cuanto
puso el pie en tierra inglesa. Después de pasar algún tiempo en
la prisión de Clink, en Londres, compareció ante el tribunal,
que le condenó a muerte. El día en que llegó a Ipswich
la autorización oficial para la ejecución (28 de septiembre de
1588), el beato "se llenó de alegría, regaló todo
su dinero al portador de la autorización y cayó de rodillas para
dar gracias a Dios".


Ana Wang, Santa

Mártir, 1 de octubre

 

Mártir
Octubre 1


Los 120 mártires asesinados en China que fueron proclamados santos por Juan Pablo II el 1 de octubre fallecieron entre los siglos XVII y XX.

Entre los testimonios más significativos y documentados, se ha destacado el caso de Ana Wang (1886-1900), adolescente asesinada en Hebei durante la revolución de los Boxers.
Ana Wang (1886-1900), adolescente asesinada en Hebei durante la revolución de los Boxers.

Ana Wang nació en 1886 en Majiazhuang, en la zona del Weixian, al sur de la provincia del Hebei, en una familia cristiana. Perdió a su madre a la edad de 5 años. Muy pronto mostró su fuerte carácter: a 11 años es prometida como esposa, pero se opone vigorosamente a este proyecto.

El 21 de julio de 1900 una banda de Boxers penetra en Majiazhuang. Hacen una redada de cristianos y les advierten: "El gobernador ha prohibido practicar la religión occidental. En caso de apostasía, seréis liberados. En caso contrario, os mataremos>>.

La suegra de Ana se decide por la apostasía y quiere que Ana tome la misma decisión. Pero Ana se opone a seguirla gritando: "Creo en Dios, soy cristiana, no quiero renegar de Dios. Jesús, ¡sálvame!. Ana y sus compañeras se quedan rezando toda la noche. A la mañana siguiente, los boxers conducen a los cristianos que no quisieron renegar de su fe al campo de ejecución.

Ana asiste a la terrible escena de la ejecución del pequeño Andrés Wang Tianquing, de 9 años. Los no cristianos lo quieren salvar, pero su madre afirma: "Yo soy cristiana, mi hijo es cristiano. Tendréis que matarnos a los dos". Los jefes de la banda se hacen una mueca con la cabeza. El pequeño Andrés se arrodilla y dobla su pequeño cuerpo. Mira a su madre y su rostro se ilumina con una sonrisa. Después, el hacha del verdugo cae sobre su cabeza. En esa ocasión los Boxers asesinaron a mujeres y a sus hijos, uno de ellos de 10 meses. Uno de los torturadores tomó al niño por los pies, lo parte en dos y lo arroja a los pies de su madre, ya muerta.

Ana tiene la mirada fija en la iglesia de Weixian. Arrodillada, reza en voz alta con los ojos fijos en el cielo. Un militar se acerca y le dice: "Renuncia a tu fe y te salvarás". Pero Ana no responde e, insistiendo el militar, le dice: "No me toques. Soy cristiana. Antes que la apostasía, prefiero morir". El bandido entonces le corta el brazo derecho y repite su petición: "¿Reniegas ahora?". Nada que hacer. Le da otro golpe. Ana dice: "La puerta del cielo está abierta" y susurra por tres veces el nombre de Jesús, bajando la cabeza. El bandido le da el golpe final y, con un tajo, arranca su cabeza.

 

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