JMJ
Pax
¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 4, 35-41
Gloria a ti, Señor.
Aquel día, al caer la tarde, Jesús dijo a sus discípulos:
"Pasemos a la otra orilla".
Ellos dejaron a la gente y lo llevaron en la barca, tal como estaba. Otras barcas lo
acompañaban. Se levantó entonces una fuerte tempestad y las olas entraban en la barca, de manera que la barca estaba ya hundiéndose.
Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre un cojín; y lo despertaron, diciéndole:
"Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?"
El se levantó, ordenó calmarse al viento y dijo al lago:
"¡Cállate! ¡Enmudece!"
El viento amainó y sobrevino una gran calma.
Y a ellos les dijo:
"¿Por qué son tan cobardes? ¿Todavía no tienen fe?"
Ellos se llenaron de un gran temor y se decían unos a otros:
"¿Quién es éste, que hasta el viento y el lago lo obedecen?"
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
sab 3a. Ordinario año impar
Antífona de Entrada
Tengo los ojos puestos en el Señor, porque él me libra de todo peligro. Mírame, Dios mío, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.
Oración Colecta
Oremos:
Nos acogemos, Señor, a tu providencia, que nunca se equivoca, y te pedimos humildemente que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquello que pueda contribuir a nuestro bien.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Primera Lectura
Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios
Lectura de la carta a los Hebreos 11, 1-2.8-19
Hermanos: La fe es el fundamento de lo que se espera y la prueba de lo que no se ve. Por ella obtuvieron nuestros antepasados la aprobación de Dios. Por la fe, Abrahán, obediente a la llamada divina, salió hacia una tierra que iba a recibir en posesión, y salió sin saber a dónde iba.
Por la fe vivió como extranjero en la tierra que se le había prometido, habitando en tiendas; y lo mismo hicieron Isaac y Jacob, herederos como él de la misma promesa. Vivió así porque esperaba una ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Por la fe, a pesar de que Sara era estéril y de que él mismo ya no tenía la edad apropiada, recibió fuerza para fundar una descendencia, porque confió en quien se lo había prometido. Por eso, de un solo hombre, sin vigor ya para engendrar, salió una descendencia numerosa como las estrellas del cielo e incontable como la arena de la orilla del mar.
Todos estos murieron sin haber conseguido la realización de las promesas, pero a la luz de la fe las vieron y saludaron de lejos, confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Los que así hablan ponen de manifiesto que buscan una patria.
Indudablemente, si la patria que añoraban era aquella de donde habían salido, oportunidad tenían de regresar a ella. Pero a lo que aspiraban era a una patria mejor, la del cielo. Por eso Dios no se avergüenza de que le llamen su Dios, porque les preparó una ciudad.
Por la fe, Abrahán, sometido a prueba, estuvo dispuesto a sacrificar a Isaac; y era su hijo único a quien inmolaba el que había recibido las promesas, aquel a quien se había dicho: De Isaac te nacerá una descendencia.
Pensaba Abrahán que Dios era capaz de resucitar a los muertos. Por eso el recobrar a su hijo fue para él como un símbolo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Lc 1, 70, 71-72.73-75
Bendito sea el Señor, que ha visitado a su pueblo.
Nos ha suscitado una fuerza salvadora en la familia de David, su siervo: como lo había prometido desde antiguo por medio de sus santos profetas.
Bendito sea el Señor, que ha visitado a su pueblo.
Para salvarnos de nuestros enemigos y del poder de todos los que nos odian. De este modo mostró el Señor su misericordia a nuestros antepasados y se acordó de su santa alianza.
Bendito sea el Señor, que ha visitado a su pueblo.
Del juramento que hizo a nuestro antepasado Abrahán, para concedernos que, libres de nuestros enemigos, podamos servirlo sin temor, con santidad y justicia en su presencia toda nuestra vida.
Bendito sea el Señor, que ha visitado a su pueblo.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, Aleluya.
Tus palabras, Señor, son espíritu y son vida; tú tienes palabras de vida eterna.
Aleluya.
Evangelio
¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 4, 35-41
Gloria a ti, Señor.
Aquel día, al caer la tarde, Jesús dijo a sus discípulos:
"Pasemos a la otra orilla".
Ellos dejaron a la gente y lo llevaron en la barca, tal como estaba. Otras barcas lo
acompañaban. Se levantó entonces una fuerte tempestad y las olas entraban en la barca, de manera que la barca estaba ya hundiéndose.
Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre un cojín; y lo despertaron, diciéndole:
"Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?"
El se levantó, ordenó calmarse al viento y dijo al lago:
"¡Cállate! ¡Enmudece!"
El viento amainó y sobrevino una gran calma.
Y a ellos les dijo:
"¿Por qué son tan cobardes? ¿Todavía no tienen fe?"
Ellos se llenaron de un gran temor y se decían unos a otros:
"¿Quién es éste, que hasta el viento y el lago lo obedecen?"
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Confiados en tu misericordia, Señor, venimos a tu altar con nuestros dones a fin de que te dignes purificarnos por este memorial que estamos celebrando.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo, y por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en Él.
Por eso,
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Yo te invoco, porque tú me respondes, Dios mío; inclina el oído y escucha mis palabras.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Padre Santo, tú que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, guíanos por medio de tu Espíritu a fin de que, no sólo con palabras, sino con toda nuestra vida podamos demostrarte nuestro amor
y así merezcamos entrar al Reino de los cielos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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María, Reina de la paz. Memoria libre, excepto Domingo. Blanco (ver explicación abajo, en Santoral)
Los ángeles cantaron en Navidad: "Paz a los hombres". Jesús es nuestra paz, y María fue la colaboradora para que Jesús se hiciera presente en nuestra tierra. En sus distintas apariciones, María nos exhorta siempre a orar para alcanzar la paz entre los hombres.
Oración colecta
Padre santo, que por medio de tu Hijo único otorgas la verdadera paz a los hombres del mundo entero, concédenos; por la intercesión de la Virgen María, que todos gocemos de tranquilidad y permanezcamos unidos en el amor fraterno. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
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Dia 29/01 San Pedro Nolasco (Religioso, blanco)
Antífona de Entrada
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia; la parte que he recibido es la más hermosa. El mismo Señor es mi recompensa.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, tú que otorgaste a san Pedro Nolasco la gracia de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde ayúdanos a vivir fielmente nuestra vocación cristiana para que reproduzcamos cada día mejor, en nosotros, la imagen de tu Hijo, que vive y reina contigo...
Amén.
Primera Lectura
Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, y ven
Lectura del Génesis 12, 1-4a
En aquellos días, el Señor dijo a Abrán:
"Sal de tu tierra y de la casa de tu padre hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan. Maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo".
Abrán marchó, como le había dicho el Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 1
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos, sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón, y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
No así los impíos, no así: serán paja que arrebata el viento, porque el Señor protege el camino de los justos; pero el camino de los impíos acaba mal.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Aleluya.
Evangelio
Estén alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar enseñándolos:
"Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.
Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.
Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.
Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán "los hijos de Dios".
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos ustedes cuando, los insulten, y los persigan, y los calumnien de cualquier modo por mi causa. Estén alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo, pues así persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Dios misericordioso, que transformaste a san Pedro Nolasco, para hacer de él un hombre nuevo a imagen de Cristo, renuévanos también a nosotros mediante este sacrificio de reconciliación que vamos a ofrecerte.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Acción de los santos en la Iglesia.
En verdad es justo y necesario, nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque con la vida de tus santos, enriqueces a tu Iglesia con formas siempre nuevas de admirable santidad, y nos das pruebas indudables de tu amor por nosotros; y también, porque su ejemplo nos impulsa y su intercesión nos ayuda a colaborar en el misterio de la salvación.
Por eso,
ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y santos diciendo:
Antífona de la Comunión
Yo les aseguro, dice el Señor, que los que han dejado todo para seguirme, recibirán cien veces más y alcanzarán la vida eterna.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor Dios todopoderoso, que el banquete eucarístico intensifique en nosotros el poder de la gracia, al celebrar la memoria de tu santo Pedro Nolasco; así guardaremos íntegro el don de la fe y seguiremos siempre el camino de la salvación que tú nos has señalado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
3ª semana. Sábado
LA CORRECCIÓN FRATERNA
— El deber de la corrección fraterna. Su eficacia sobrenatural.
— La corrección fraterna se practicaba con frecuencia entre los primeros cristianos. Falsas excusas para no hacerla. Ayuda que prestamos.
— Virtudes que han de vivirse al hacer la corrección. Modo de recibirla.
I. Desde el Antiguo Testamento, nos muestra la Sagrada Escritura cómo Dios se vale frecuentemente de hombres llenos de fortaleza y de caridad para advertir a otros de su alejamiento del camino que conduce al Señor. El Libro de Samuel nos presenta al profeta Natán, enviado por Dios al rey David1 para que le hable de los pecados gravísimos que había cometido. A pesar de la evidencia de esos pecados tan graves (adulterio con la mujer de su fiel servidor y el procurar la muerte de este) y de ser el rey un buen conocedor de la Ley, "el deseo se había apoderado de todos sus pensamientos y su alma estaba completamente aletargada, como por un sopor. Necesitó de la luz del profeta, que con sus palabras le hiciera caer en la cuenta de lo que había hecho"2. En aquellas semanas, David vivía con la conciencia adormecida por el pecado.
Natán, para hacerle caer en la cuenta de la gravedad de su delito, le expone una parábola: Había dos hombres en un pueblo: uno rico y pobre el otro. El rico tenía muchos rebaños de ovejas y de bueyes; el pobre solo tenía una corderilla que había comprado; la iba criando, y ella crecía con él y sus hijos, comiendo de su pan, bebiendo de su vaso, durmiendo en su regazo: era como una hija. Llegó una visita a casa del rico; y, no queriendo perder una oveja o un buey para invitar a su huésped, cogió la cordera del pobre y convidó a su huésped. David se puso furioso contra aquel hombre y dijo a Natán: ¡Vive Dios que el que ha hecho eso es reo de muerte!
Natán respondió entonces al rey: ese hombre eres tú. Y David recapacitó sobre sus pecados, se arrepintió y expresó su dolor en un Salmo que la Iglesia nos propone como modelo de contrición. Comienza así: Apiádate de mí, ¡oh Dios!, según tu piedad; según la muchedumbre de tu misericordia, borra mi iniquidad...3. David hizo penitencia y fue grato a Dios. Todo, gracias a una corrección fraterna, a una advertencia, oportuna y llena de fortaleza, como fue la de Natán.
Uno de los mayores bienes que podemos prestar a quienes más queremos, y a todos, es la ayuda, en ocasiones heroica, de la corrección fraterna. En la convivencia diaria podemos observar que nuestros parientes, amigos o conocidos –como nosotros mismos– pueden llegar a formar hábitos que desdicen de un buen cristiano y que les separan de Dios (faltas habituales de laboriosidad, chapuzas, impuntualidades, modos de hablar que rozan la murmuración o la difamación, brusquedades, impaciencias...). Pueden ser también faltas contra la justicia en las relaciones laborales, faltas de ejemplaridad en el modo de vivir la sobriedad o la templanza (gastos ostentosos, faltas de gula o de ebriedad, dilapidación de dinero en el juego o loterías), relaciones que ponen en situación arriesgada la fidelidad conyugal o la castidad... Es fácil comprender que una corrección fraterna a tiempo, oportuna, llena de caridad y de comprensión, a solas con el interesado, puede evitar muchos males: un escándalo, el daño a la familia difícilmente reparable...; o, sencillamente, puede ser un eficaz estímulo para que alguno corrija sus defectos o se acerque más a Dios.
Esta ayuda espiritual nace de la caridad, y es una de las principales manifestaciones de esta virtud. En ocasiones, es también una exigencia de la justicia, cuando existen especiales obligaciones de prestar ayuda a la persona que debe ser corregida. Con frecuencia debemos pensar en cómo ayudamos a los que están más cerca. "¿Por qué no te decides a hacer una corrección fraterna? —Se sufre al recibirla, porque cuesta humillarse, por lo menos al principio. Pero, hacerla, cuesta siempre. Bien lo saben todos.
"El ejercicio de la corrección fraterna es la mejor manera de ayudar, después de la oración y del buen ejemplo"4. ¿La practicamos con frecuencia? ¿Es nuestro amor a los demás un amor con obras?
II. La corrección fraterna tiene entraña evangélica; los primeros cristianos la llevaban a cabo frecuentemente, tal como había establecido el Señor –Ve y corrígele a solas5–, y ocupaba en sus vidas un lugar muy importante6; sabían bien de su eficacia. San Pablo escribe a los fieles de Tesalónica: si alguno no obedece a lo que decimos en esta carta... no le miréis como enemigo, sino corregidle como a hermano7. En la Epístola a los Gálatas dice el Apóstol que esta corrección ha de hacerse con espíritu de mansedumbre8. Del mismo modo, el Apóstol Santiago alienta también a los primeros cristianos, recordándoles la recompensa que el Señor les dará: si alguno de vosotros se desvía de la verdad y otro hace que vuelva a ella, debe saber que quien hace que el pecador se convierta de su extravío, salvará su alma de la muerte y cubrirá la muchedumbre de sus propios pecados9. No es pequeña recompensa. No podemos excusarnos y repetir otra vez aquellas palabras de Caín: ¿acaso soy yo el guardián de mi hermano?10.
Entre las excusas que pueden instalarse en nuestro ánimo para no hacer o para retrasar la corrección fraterna está el miedo a entristecer a quien hemos de hacer esa advertencia. Resulta paradójico que el médico no deje de decir al paciente que, si quiere curar, debe sufrir una dolorosa operación, y sin embargo los cristianos tengamos a veces reparos en decir a quienes nos rodean que está en juego la salud, ¡cuánto más valiosa!, de su alma. "Por desgracia, es grande el número de los que, por no desagradar o por no impresionar a alguien que está viviendo sus últimos días y los últimos momentos de su existencia terrena, le callan su estado real, haciéndole así un mal de incalculables dimensiones. Pero todavía es más elevado el número de los que ven a sus amigos en el error o en el pecado, o a punto de caer en uno o en otro, y permanecen mudos, y no mueven un dedo para evitarles estos males. ¿Concederíamos, a quienes de tal modo se portasen con nosotros, el título de amigos? Ciertamente, no. Y, sin embargo, suelen hacerlo para no desagradarnos"11.
Con la práctica de la corrección fraterna se cumple verdaderamente lo que nos dice la Sagrada Escritura: el hermano ayudado por su hermano, es como una ciudad amurallada12. Nada ni nadie puede vencer contra la caridad bien vivida. Con esta muestra de amor cristiano no solo mejoran las personas, sino también la misma sociedad. A la vez, se evitan críticas y murmuraciones que quitan la paz del alma y enturbian las relaciones entre los hombres. La amistad, si es verdadera, se hace más profunda y auténtica con la corrección sincera. La amistad con Cristo crece también cuando ayudamos a un amigo, a un familiar, a un colega, con ese remedio eficaz que es la corrección amable, pero clara y valiente.
III. Al hacer la corrección fraterna se han de vivir una serie de virtudes, sin las cuales no sería una verdadera manifestación de caridad. "Cuando hayas de corregir, hazlo con caridad, en el momento oportuno, sin humillar..., y con ánimo de aprender y de mejorar tú mismo en lo que corrijas"13. Como Cristo la practicaría si estuviera ocupando nuestro lugar, con la misma delicadeza, con la misma fortaleza.
A veces, una cierta animosidad y falta de paz interior nos puede llevar a ver, en otros, defectos que en realidad son nuestros. "Debemos corregir, pues, por amor; no con deseos de hacer daño, sino con la cariñosa intención de lograr su enmienda (...). ¿Por qué le corriges? ¿Porque te apena haber sido ofendido por él? No lo quiera Dios. Si lo haces por amor propio, nada haces. Si es el amor lo que te mueve, obras bien"14.
La humildad nos enseña, quizá más que cualquier otra virtud, a encontrar las palabras justas y el modo que no ofende, al recordarnos que también nosotros necesitamos muchas ayudas parecidas. La prudencia nos lleva a hacer la advertencia con prontitud y en el momento más oportuno; nos es necesaria esta virtud para tener en cuenta el modo de ser de la persona y las circunstancias por las que pasa, "como los buenos médicos, que no curan de un solo modo"15, no dan la misma receta a todos los pacientes.
Después de avisar a alguien con la corrección, si parece que no reacciona, es preciso ayudarle todavía un poco más con el ejemplo, con la oración y mortificación por él, con una mayor comprensión.
Por nuestra parte, hemos de recibirla con humildad y silencio, sin excusarnos, conociendo la mano del Señor en ese buen amigo, que al menos lo es desde aquel momento; con un sentimiento de viva gratitud, porque alguien se interesa de verdad por nosotros; con la alegría de pensar que no estamos solos para enderezar nuestros caminos, que deben conducir siempre al Señor. "Después que hayas recibido con muestras de alegría y de reconocimiento sus advertencias, imponte como un deber el seguirlas, no solo por el beneficio que reporta el corregirse, sino también para hacerle ver que no han sido vanos sus desvelos y que tienes en mucho su benevolencia. El soberbio, aunque se corrija, no quiere aparentar que ha seguido los consejos que le han dado, antes bien los desprecia; quien es verdaderamente humilde tiene a honra someterse a todos por amor a Dios, y observa los sabios consejos que recibe como venidos de Dios mismo, cualquiera que sea el instrumento de que Él se haya servido"16.
Acudamos, al terminar nuestra oración, a la Santísima Virgen, Mater boni consilii, para que nos ayude a vivir siempre que sea necesaria esta muestra de caridad fraterna, de amistad verdadera, de aprecio sincero por aquellos con quienes nos relacionamos más frecuentemente.
1 Cfr. 1 Sam 12, 1-17. — 2 San Juan Crisóstomo, Homilías sobre San Mateo, 60, 1. — 3 Sal 50. — 4 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 641. — 5 Cfr. Mt 18, 15. — 6 Cfr. Doctrina de los Apóstoles, 15, 13. — 7 2 Tes 3, 14-15. — 8 Gal 6, 1. — 9 Sant 5, 19-20. — 10 Gen 4, 9. — 11 S. Canals, Ascética meditada, p. 170. — 12 Prov 18, 19. — 13 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 455. — 14 San Agustín, loc. cit. — 15 San Juan Crisóstomo, o. c., 29. — 16 J. Pecci -León XIII-, Práctica de la humildad, 41.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Pedro Nolasco
Fundador de la Comunidad de
Padres Mercedarios
(+1258)
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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Radegunda de Treviño, Santa Virgen, 29 Enero
Se desconoce todo lo que se refiere a su nacimiento. El martirologio romano la llama Radegundis y es una de las gloriosas vírgenes que ha dado España. |
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Sulpicio Severo, Santo Obispo de Bourges, 29 Enero
Etimológicamente significa " caritativo" Viene de la lengua latina. |
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Fuente: www.caminando-con-jesus.org
Valero, Santo Obispo de Zaragoza 29 de enero
Obispo de Zaragoza 29 de enero
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Afraates, Santo Escritor Anacoreta, Enero 29
Martirologio Romano: Cerca de Antioquía de Siria (hoy en Turquía), san Afraates, anacoreta, que, nacido y formado entre los persas, siguiendo las huellas de los magos se convirtió al Señor en Belén y se retiró a Edessa, viviendo en una pequeña casa fuera de las murallas. Más tarde, con su predicación y sus escritos defendió la fe católica contra los arrianos (c. 378).
Etimológicamente: Afraates = Aquel que vino de Africa, es de origen latino.
El más antiguo de los Padres de la Iglesia de Siria, es San Afraates, llamado "el Sabio persa" por los escritores sirios posteriores. Muy poco es lo que conocemos sobre su vida, De sus escritos podemos concluir que nació en el paganismo y que, al convertirse, abrazó la vida religiosa o de asceta. Poco tiempo después aparece ya cual figura prócer dentro de la Iglesia de Siria. Afraates cambió su nombre por el de Santiago. Ignoramos si esto aconteció al bautizarse, o si más bien tuvo lugar al ser consagrado obispo, conforme a una costumbre oriental, y no precisamente al iniciarse en las órdenes sagradas. El nombre de Santiago explicaría satisfactoriamente el que tanto Genadio como el traductor de las obras de Afraates al armenio le confundiesen con Santiago de Nísibe.
Sobre la duración de su vida y la fecha de su muerte no tenemos dato alguno preciso. Sin embargo, ateniéndonos a la ciencia de que él hace alarde, a su experiencia, al conocimiento de la Sagrada Escritura, es verosímil admitir que era de edad avanzada cuando, en 340, iniciaba en Persia el rey Sapor la persecución contra los cristianos. Por otra parte, Bar-Hebraeus nos presenta al escritor sirio como contemporáneo del obispo de Seleucia-Ctesifón, Papas. Ahora bien Papas, promotor de tantos disturbios en la Iglesia de mesopotámica, moría, según la cronología de Bar-Hebraeus, en 335. Estos datos concuerdan con los que el mismo Afraates nos ha transmitido en sus obras. Apoyados en tales pormenores nos permitimos proponer dos fechas que encierran la vida del escritor sirio: 280?-350?
Afraates es autor únicamente de 23 tratados o demostraciones, llamados erróneamente por algunos escritores homilías. Cada uno de estos tratados empieza por una letra del alfabeto siríaco, siguiendo el orden mismo del alfabeto. Las compuso en Persia bajo el reinado de Sapor. La fuerza y viveza de su estilo nos urge a pensar, cual lugar de redacción, en aquellas provincias iranianas fronterizas con el Imperio romano. Esta obra, dada a conocer por W. Cureton en 1855, tiene el gran mérito de ser el escrito más antiguo que poseemos íntegramente en siríaco.
Abarca diversos temas de carácter teológico, ascético y disciplinar. Varios tratados son de controversia. Polemiza con los judíos, que poseían en Persia y Mesopotámica grandes y célebres escuelas desde el tiempo de la cautividad. Afraates finge como interlocutor un "doctor judío" cuyos argumentos va refutando con brillantez.
De las 23 demostraciones nueve las escribió contra la estirpe israelita, tocando en ellas aquellos temas que más caracterizan la religiosidad del pueblo escogido: circuncisión, pascua, el sábado, alimentos legales, vocación de los gentiles, Cristo hijo de Dios, virginidad, persecución y restauración de la nación judía.
Otras diez son de carácter ascético-moral y expone temas tan sugestivos como el de la fe, caridad, ayuno, ascetas, penitentes, humildad, etc. Dos son circunstanciales, exhortando en una de ellas al clero y pueblo de Seleucia y Ctesifón, y en la otra sermonea sobre las guerras. Otras dos, por fin, son de sabor dogmático, discutiendo con los herejes en torno a la resurrección, la muerte y los últimos acontecimientos del fin del mundo. Compuso las diez primeras demostraciones en 336-337; las doce siguientes en 343-344 y la última en agosto del 345.
Realmente la obra de Afraates es una síntesis de toda la doctrina cristiana. Desde el punto de vista de la teología la labor del escritor sirio es pobre, sobre todo si se la compara con la de sus contemporáneos griegos y latinos. Sin embargo, tiene a su favor la gran valía de ser el testimonio más antiguo de la fe de su país. Es indiscutible también que sobre las materias por él tratadas su autoridad es considerable, porque vivía alejado del mundo romano y de las controversias doctrinales que surgieron a consecuencia del concilio de Nicea.
Apartado de la contienda, San Afraates, cumpliendo la misión del buen pastor, se esfuerza por vivir su fe y por hacerla vivir en todos los que le rodean. Sus comentarios a la Escritura son sencillos, pero eficaces y penetrantes. La obra de Afraates no está exenta de errores doctrinales, pero no es mancha ninguna; sus puntos de vista fueron luego compartidos por San Efrén y otros escritores de la época. Pese a estos insignificantes desaciertos dogmáticos Afraates es un gran defensor de la ortodoxia y el conocimiento de sus escritos presta al teólogo una buena ayuda.
Habla con bastante seguridad acerca de Dios, Santísima Trinidad, Jesucristo, sacramentos y alma. A la Santísima Virgen dedica pocas líneas, como, en general, todos los escritores sirios, pero nos ofrece un precioso testimonio cuando confiesa su perpetua virginidad y maternidad divina. María, nos dice San Afraates, agradó más a Dios que todos los justos. Otro gran pilar sobre el que se levanta la grandeza de María es su humildad. Los ángeles, mensajeros de Dios, le sirven, le presentan las oraciones de los hombres, guardan a los individuos y a los pueblos y conducen a la humanidad al juicio. Afraates es un defensor vigoroso de la divinidad de Jesús y de su filiación divina; sostiene también, con no menor pujanza, la divinidad del Espíritu Santo. Aunque con terminología imprecisa su doctrina es abiertamente conforme a los cánones de Nicea. Espléndido es asimismo el testimonio sobre el primado de San Pedro. Santiago y San Juan, nos dice, son las columnas de la Iglesia, pero San Pedro es el fundamento.
Un segundo aspecto que no puede olvidarse en la obra de San Afraates es el interés que ofrece al filólogo y al historiador. En los escritos del primero de los Padres sirios el filólogo tiene en sus manos la obra más antigua de la literatura siríaca; le ha de interesar necesariamente la gramática y el léxico como punto de partida de la tradición manuscrita de este país; otras obras, la Biblia por ejemplo, no son más que traducciones y no obras originales.
El historiador profano advertirá en la obra de nuestro Santo las controversias con los gnósticos y judíos, y no pocas alusiones a los acontecimientos de la época. El historiador eclesiástico encontrará en San Afraates los orígenes del monacato oriental, vestigios de la jerarquía y organización de la comunidad cristiana de esta época, clericato, sacramentos, fiestas y culto.
Otra faceta del Santo, la más descuidada por los escritores, es el considerarle como un gran maestro de vida espiritual. Sus demostraciones sobre la fe, caridad, penitencia, ayuno, oración, humildad. etc., rezuman sencillez y unción y despiden fuego. Tiene un sentido tan maravilloso de la mesura y de la bondad que recuerda la dulzura de San Francisco de Sales. Y la doctrina espiritual de San Afraates se hace todavía más importante porque tiene un carácter exclusivamente cristiano; nuestro Santo no ha sido influido por ninguna filosofía, un acontecimiento raro entre griegos y sirios.
San Afraates es modelo y un ejemplar bien alto del sacerdote consagrado a su ministerio. Vivió intensamente la vida de santidad, enseñó la fe, la predicó y polemizó por defenderla. Se entregó sin reserva a evangelizar a su País. Hecho todo para todos, con justicia la Iglesia le incluye entre sus santos Y con orgullo su patria le venera entre sus héroes.
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Fuente: Martirologio Romano
Otros Santos y Beatos
Santos Sarbelio, presbítero, y Bebaia, mártires
En la ciudad de Edessa, en Osroene (hoy Turquía), santos mártires Sarbelio, presbítero, y Bebaia, su hermana, que, bautizados por el santo obispo Barsimeo, por Cristo padecieron el martirio (c. 250).
Santos Papías y Mauro, mártires
En Roma, en el cementerio Mayor de la vía Nomentana, santos mártires Papías y Mauro, soldados (c. s. III).
San Constancio, obispo
En la ciudad de Perusa, en la Umbría (hoy Italia), san Constancio, obispo (c. s. III).
Santos Juventino y Maximino, mártires
En Antioquía de Siria (hoy en Turquía), santos Juventino y Maximino, mártires, que fueron coronados con el martirio en tiempo del emperador Juliano el Apóstata (363).
San Valerio, obispo
En Tréveris, ciudad de la Galia Bélgica (hoy Luxemburgo), san Valerio, segundo obispo que gobernó esta sede (s. III ex.).
San Gildas, el "Sabio", abad
En la Bretaña Menor (hoy Francia), san Gildas, apellidado "Sabio", abad, que escribió sobre la ruina de Bretaña, llorando las calamidades de su pueblo, increpando a la maldad de príncipes y clérigos. Fundó el monasterio de Rhuyis, junto al mar, y murió en la isla de Houat (570).
Beata Villana de Bottis, penitente
En Florencia, ciudad de la Toscana (hoy Italia), beata Villana de Bottis, madre de familia, la cual, abandonando la vida mundana que llevaba, vistió el hábito de las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo y se distinguió por su asidua meditación de Cristo crucificado, por la austeridad de vida y por pedir limosna por la calles en favor de los pobres (1361).
Beata Boleslava María Lament, virgen fundadora
En la ciudad de Bialystok, en Polonia, beata Boleslava María Lament, virgen, que, en un período de cambios políticos, fundó la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Sagrada Familia, para fomentar la unión de los cristianos, ayudar a los marginados y educar cristianamente a las jóvenes (1946).
San Serrano o Serano, obispo
Conmemoración de san Serrano o Serano, obispo, que desde el siglo XI está sepultado en la catedral de Oviedo (s. inc.).
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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